Día 1. 12/10/16.- Llegada a Manchester.
Como casi siempre usamos Ryanair
para viajar, y como siempre funciona bien, puntual y sin molestias.
La terminal 3 de Manchester es
enorme, ¿cómo será la T1?, pero no tiene ningún problema, solo hay que seguir
el letrero “The Station” que hay cada 10
metros y 15 minutos después estas en “The Station”.
Hay dos formas de sacar el
billete: en la máquina (está en castellano) o en la taquilla (seguramente el
señor o la señora no habla en castellano). Optamos por la máquina y no es muy
complicado, nos costó algo pero porque nosotros no damos más de sí, nos liamos
porque hay varios tipos de billetes, hay que coger el más barato. El billete
vale 5 libras por persona, los trenes son muy seguidos y aun haciendo paradas
en 15 minutos te deja en la estación de Piccadilly. El hotel es Piccadilly
Garden y está situado a cinco minutos de la estación.
Según la página de Booking nos
iban a recibir en nuestro idioma pero de las tres personas que había en
recepción ninguno tenía la menor idea de castellano. Tomamos posesión de la
habitación.
Cuando salimos a la calle ya es
de noche y decidimos dar un paseo por la zona de la Catedral y sus alrededores.
No es una ciudad muy iluminada así que decidimos cenar y volvimos al lado del
hotel que hay un restaurante de la cadena Wetherspoons, ya habíamos visto al
salir del hotel que cada noche tienen un plato cerrado de oferta y con una
pinta vale entre ocho y nueve libras.
Para terminar el día nos tomamos
una pinta de Guinness en el pub Shakespeare, al ser miércoles había poca gente
pero el puf está muy bien y vale la pena ir a verlo. Y a la cama.
Día 2. 13/10/16.- Manchester
No habíamos cambiado la hora del
móvil y nos suena una hora antes, pero no pasa nada…a dormir otra horita más.
Desayunamos en el mismo sitio de
la cena un desayuno tradicional de la tierra (alubias, beicon, salchicha,
patata y pan), con café con leche. Nos encaminamos rápidamente a información y
turismo situado a dos minutos de Piccadilly para hacernos con un plano y
salimos sin nada más porque las dos personas que había allí no sabían ni decir
“hola” en castellano.
Lo primero que hacemos es ir a la
Nacional Expres (compañía de autobuses) para sacar los billetes a Liverpool
¡¡vamos un poco asustados¡¡ no sabemos
lo que nos encontraremos. Pero la suerte nos acompaña y tenemos una máquina
expendedora que nos da toda la información necesaria para ir a Liverpool, pero no
está en castellano. La solución fue que nos dimos cuenta que podíamos imprimir
los horarios de los autobuses de ida y vuelta a Liverpool y eso es lo que
hicimos. En los papeles marcamos el día que queríamos ir y la hora de salida y
en el otro papel los detalles de la vuelta y con esto fuimos a la taquilla y el
señor (muy agradable) lo vio claro y nos dio los billetes que queríamos. A 4
libras por trayecto y persona, 16 libras en total, no es muy caro el autobús.
La oficina de los autobuses está
justo donde empieza el Village Gay, así que nos disponemos a dar un paseo por
Canal Street y las cuatro calles que forman este barrio. Esta es una zona que
está muy bien y dice mucho a favor de una ciudad.
Justo al llegar pensamos que si
nos ha sido tan fácil sacar los billetes a Liverpool había que aprovechar que
estaba trabajando ese señor tan simpático así es que volvimos para sacar los
billetes a Chester para el sábado.
Nos pateamos el Village Gay y
hacemos muchas fotos al canal y los locales y nos llevamos una buena impresión
del barrio. Recomendamos a todo el mundo que vaya a Manchester que no deje de
visitarlo.
Estamos tan cerca del hotel que
decidimos ir al WC de la habitación. Nos encaminamos hacia Chinatown y nos
encontramos en Piccadilly un mercado de frutas y verduras y de comida preparada
de todos los países incluso hay un puesto que hace paella valenciana.
Chinatown es flojito, si el
Village eran cuatro calles Chinatown son dos llenas de letreros en chino,
restaurantes, supermercados de comida china y peluquerías. Lo único a destacar
es el arco.
Como hemos desayunado fuerte no
vamos a comer mucho, así que decidimos volver al mercado de Piccadilly y probar
un pastel de carne al que le hemos echado el ojo antes. Nos lo comemos en un
banco viendo pasar a los nativos.
Para la tarde tenemos prevista
una ruta que pasa por el City Hall y la librería Central, continua por la calle
Oxford Street hasta el canal y por el canal hasta la Estación de Grandstat, de
aquí a la zona romana y el museo de la ciencia y acabar el día volviendo por la
calle larga hacia la zona de la Catedral.
El City Hall, vamos el ayuntamiento, nos gusta
mucho, sólo vemos la planta baja, no sabemos si se pueden visitar más zonas o
incluso si hay visitas guiadas, de todas formas es totalmente recomendable
entrar a verlo. Justo al lado está la Biblioteca Central, por fuera es un
edificio antiguo pero dentro está totalmente reformada, pintada de blanco y muy
funcional y agradable.
La calle Oxford Street y el canal
es un paseo muy recomendable.
La zona romana nos dejó un
poquito chafados, no queda prácticamente nada, es un jardín con unas ruinas muy
escasas. Hay una figura que vigila todo el rato tu visita: el altísimo hotel
Hilton, una edificación muy curiosa, que se ve desde cualquier punto de esta
zona de la ciudad.
Llegamos al Museo de la Ciencia
justo cuando están cerrando, por cinco minutos no pudimos entrar, hacemos unas
fotos y seguimos camino.
La calle Deansgate es una de las
más largas de Manchester y muy agradable de pasear.
Se nos hace de noche antes de
llegar a la Catedral, así es que ya es el segundo día que vemos la Catedral
pero de noche, con muy poca iluminación, así es que le damos otra vuelta y cruzando
por el centro comercial Arnalde y Market Street nos encaminamos al hotel para
descansar un rato.
Una vez repuestas las energías
nos damos un segundo paseo por el Village Gay y Chinatown para ver el ambiente
de noche, seguramente al ser jueves no hay en ninguno de los dos ni ambiente ni
gente y poca luz. El arco chino no tiene ni un pequeño foco así es que casi ni
se ve.
En el Wetherspoons volvemos a
cenar la cena temática de hoy es Curry, así es que nos tomamos el plato del día
y la pinta por 8 libras y ya estamos cenados.
En Piccadilly Tavern nos tomamos
la pinta de despedida del día y a dormir.
Día 3. 14/10/16 Liverpool
Desayunamos en Subway que está en
la planta baja de al lado del hotel, un bocadillo y un café con leche 3 libras
por persona.
Hoy toca Liverpool. A las 8´30 h.
en el bus y a las 9´40 h. al lado del Albert Dock de Liverpool, que es donde
tiene el final el autobús de la National Expres, con lo cual no nos podemos
quejar del servicio del autobús, porque es aquí donde está información y turismo
que es nuestro primer objetivo.
Tranquilamente vamos haciendo
fotos y viendo el Albert buscando las indicaciones de la oficina y llegamos
justo a las 10 h. en punto cuando estaban subiendo la persiana, naturalmente
nadie sabe hablar castellano y lo único que conseguimos es un plano de la
ciudad.
Terminamos de ver el Albert Dock
por si a la vuelta ya no hay luz, y nos gusta bastante, es un sitio muy
agradable.
Con el plano ya en nuestras manos
planeamos la ruta, la cual va a comenzar por Chinatown, las catedrales, Lime Station,
George Hall, la Biblioteca, el Ayuntamiento y de vuelta al George Dock.
Chinatown es más pequeña que la
de Manchester pero tiene un arco más bonito y está mejor ambientada, con
detalles en las farolas, papeleras, parquímetro, etc. La mayor diferencia es
que no hay ningún negocio.
La Iglesia de St. Luke's Church está
sin reconstruir, sólo quedan las paredes exteriores, pero aun así tiene una
fotos muy bonitas.
La Catedral Anglicana es una mole
oscura y gigantesca en una colina, por fuera no resulta nada agradable a la
vista pero por dentro es de lo más normal, con unas vidrieras muy bonitas.
Subimos a la torre, las vistas son muy bonitas, pero nos decepcionó, porque al
haber subido a las alturas de otras catedrales, nos esperábamos algo más. De
todas formas las vistas son bonitas y vale la pena subir sobre todo teniendo en
cuenta que la mayor parte de la subida es en ascensor y lo poco que se sube por
escaleras te permite ver las campanas. Os recomendamos que subáis.
Desde aquí sale la calle Hoper
que acaba en la Catedral Metropolitana. En esta calle no os podéis perder la
escultura de las maletas, no os preocupéis porque es imposible saltársela. A
mitad de calle nos planteamos que es la hora de comer, teníamos pensado probar
el plato típico de la zona que es scouse, pero de camino nos tropezamos con el Phill,
para los amigos y los que ya hemos estado en él y para el resto Philarmonics
Salon Dinner, la tentación es muy grande y entramos. Si el exterior nos había
gustado el interior ya nos convenció de que este es el pub más bonito de
Inglaterra y parte del extranjero (que hayamos visto nosotros), no es que lo
recomendemos es que es visita obligada. Si sólo vais a estar diez minutos en
Liverpool y tenéis que elegir sólo una cosa que ver no lo dudéis: elegir el
Phill. Todos los salones son dignos de
ver, pero lo que realmente llama la atención es el WC de caballeros, entra todo
el mundo a verlos, incluidas las mujeres.
Por lo que realmente es famoso el
Phill es porque John Lennon venia muchas veces y una vez triunfó dijo: “lo malo
de ser famoso es no poder tomarme una pinta en el Phill”
En el Phil comemos un lunch y una
pinta por 7´50 libras (un lunch en esta zona es un sándwich)
Una vez comidos nos encaminamos a
la Catedral Metropolitana, nueva y moderna, rara de estas rarezas que te gustan
o no las tragas.
A mí no me gusto a Charo sí.
De aquí vamos a Lime Station. Una
estación grande, curiosa, lo más destacable unas enormes columnas rojas.
Encima de la colina el George
Hall, un museo, la Biblioteca y varios edificios del mismo estilo
arquitectónico forman un conjunto muy bonito.
La biblioteca es totalmente
funcional y moderna.
Al bajar la colina cogemos una
calle larguísima que acaba en las Tres Gracias y en esta calle está el Ayuntamiento,
al cual no pudimos entrar porque había una boda. En compensación pudimos ver y
hacer fotos con un par de furgonetas Volkswagen
restauradas que usaban para trasladar a los novios.
Las Tres Gracias es un conjunto
monumental que solo por verlas por fuera vale la pena, no sabemos si se puede
entrar en alguna ni lo que hay dentro de ellas. La más curiosa es la que tiene
arriba dos pájaro, uno mira al mar y otro a la ciudad, y este pájaro es el
símbolo de la ciudad.
Enfrente de las Tres Gracias está
el museo de los Beatles, a él nos encaminábamos cuando nos tropezamos con la
estatua en bronce de los Beatles y naturalmente nos hicimos muchas fotos con
ellos. La verdad es que la escultura está muy bien por el gran parecido y la
sensación de movimiento que trasmite.
Está anocheciendo y la luz y el
ambiente es el ideal para pasear por el rio Mersey y hacerse fotos con las
diversas esculturas que hay por los docks sin olvidar las fotos del anochecer
en el rio, maravillosas.
Totalmente recomendable un
anochecer en los docks de Liverpool. Ya con poca luz, nos adentramos en la
ciudad por la zona comercial del ONE, que no nos dice nada, para llegar a Mathew Street que es el final de nuestra excursión
para rematar la historia de los Beatles.
Entramos en The Cavern Club
pensando que nos iban a cobrar y no nos cobraron. Había actuación y estaba a
tope de gente, por lo que no entendimos porque no nos cobraban. Nos gusto es
realmente una cueva, seguramente era un refugio para los bombardeos de la II
Guerra Mundial. Si hubiera habido un sitio donde sentarnos nos hubiéramos
quedado a tomar una pinta, como no pudo
ser nos quedamos tres canciones. Enfrente de The Cavern está la estatua de John
Lennon y casualmente otro The Cavern Pub, el falso, no sabemos cómo es porque
no entramos.
Al final de Mathew Street vemos un sitio donde dos lunch y dos
pintas valían 10 libras. Uno era lasaña con ensalada y el otro puré de patata,
hojaldre, salsa, pollo y champiñones. Bueno bonito y barato.
Volvemos a dar otro paseo por Mathew Street y al pasar por The Cavern Club vemos que
ya están cobrando, o sea que es una cuestión de suerte o no sabemos de qué.
Vamos a la estación de autobuses
y regresamos a Manchester. Dejamos los trastos en el hotel y nos vamos a buscar
un pub tradicional y abarrotado de borrachos. Lo conseguimos. Nos bebemos una
pinta de Ale. Observamos la fauna local que habita en los pub y a dormir.
Día 4. 15/10/16 Chester
Hoy toca Chester, desayunamos en
el Subway y para la estación. Nos lían un poco, cambian de anden a ultima hora
y lo compartimos con el bus de London, los cual nos hace dudar pero sin
problemas.
El viaje es largo, pero más por
las paradas que por la distancia. Aeropuerto de Manchester, una zona comercial
de outlet, el zoo, y para esto necesita dar muchas vueltas.
La parada en Chester está en el
mismísimo centro detrás del City Hall. Si vais con el tren os dejara en las
afueras a 15 minutos andando del centro.
Nos encontramos un pequeño
mercado en la plaza que nos molesta para hacer fotos del ayuntamiento o City
Hall. Al lado esta información y turismo para coger el plano que os ayude a
orientaros.
Enfrente del ayuntamiento está la
Catedral que es católica, en la entrada piden limosna (no piden la voluntad te aconsejan
que des 3 euros por persona), aduciendo que el gobierno no les ayuda, si no
quieres ser víctima de los pedigüeños o del pequeño chantaje, puedes entrar por
la tienda de recuerdos y te evitas el mal rollo.
La Catedral está muy bien, tiene
WC y un restaurante, esto se lo han copiado de los Anglicanos, el bisnes es el
bisnes.
Bajamos hacia el rio a ver el
castillo, que no tiene nada que ver, es más si no lo sabes pasas de largo.
Seguimos por la muralla viendo el rio y el paisaje, un paseo agradable.
Llegamos a las ruinas romanas, que nunca mejor dicho lo de ruinas, nada de nada,
como jardín sí que vale la pena. Al lado hay una iglesia la Parish Church of
Saint John the Baptist Chester, que se puede visitar y no está mal, compensa el
paseo que te das para llegar a las ruinas.
Se ha hecho la hora de comer y
nos encaminamos al centro para buscar algo. Y nos tropezamos con un cartel que
anuncia un menú y casualmente es una iglesia la The Wesley Church Centre. 2
sopas, 2 sándwiches muy buenos, 2 cookies y 2 aguas por 13 libras, en estos
garitos no venden alcohol, los beatos cuando beben hacen locuras. Lo atienden 2
señoras muy simpáticas que están abiertas a entenderte aunque no hables como
ellas.
Siguiendo la calle St John St.
Llegamos al Eastgate & Eastgate Clock, el famoso reloj de Chester que está
en la muralla. El reloj y el puente de la muralla donde esta es un entorno
bonito, con rejas rematadas de oro o purpurina según el humor con que llegues.
Callejeamos haciendo unas miles
de fotos. Nos habíamos quedado con ganas de tomar algo en el restaurante de la
catedral, por lo bonito y las vidrieras que tiene el local. La camarera es
española, fue por aprender el idioma y se ha quedado en Chester. Por lo que
pedir un café con leche es una tarea sencilla y fácil.
Vamos a la estación de autobuses
para volver, el chofer está dentro del autobús y esperando hay 3 personas que
vinieron en el mismo autobús que nosotros, cuando se hace la hora de salir,
baja y en un idioma ininteligible dice que en lugar de salir a las 17 h. que es
la hora que es, salimos a las 17’30 h. No se quejan los nativos y nosotros
menos por que igual ha dicho el motivo y está justificado. Por el camino
recogemos a los del Zoo y los de la zona outlet, estos sí que parece que se
quejan de la hora, por la emisora le dicen algo al chofer, y como vamos en la
primera fila se pone a hablar con nosotros Le decimos que no entendemos nada
pero el sigue hablándonos y parece enfadado, el caso es que llegamos más tarde
a Manchester.
Nos vamos a tomar unas pintas, es
sábado y se nota hay muchísima más gente. Cenamos y paseamos viendo el ambiente
del fin de semana que es como en cualquier otra ciudad, mucha gente, más gente
y lo que entre semana estaba casi vacío ahora esta petao, y no cavemos, así que
nos vamos a dormir.
Día 5. 16/10/16 Manchester.
Hoy hemos desayunado en
Wetherspoons el tradicional y hemos cambiado el café con leche por una pinta, y
sienta mucho mejor.
Vamos a ver la Catedral de día
que no lo hemos conseguido aun. La Catedral por dentro no tiene nada que ver
pues está en obras nos recibe en la puerta un señor muy amable que nos da 5
minutos para verla porque va a empezar la misa, nos sobran 2 minutos.
Por fuera sí que nos dejan, así
que nos inflamos a hacer fotos, vemos como empiezan a llegar los guías de las
excursiones nos imaginamos que las gratuitas con propina, al rato vimos que ya
empezaban a tener clientes. Le damos una vuelta a toda esta zona que ya
habíamos visto dos veces de noche y ya nos apetecía verla de día.
Nos encaminamos a la calle
Deansgate para ver la biblioteca The John Rylands Library, en la puerta había
un mercadito de antigüedades y algo de comer. La biblioteca no habría hasta las
once a los locales les cuesta espabilar los domingos. Para hacer tiempo nos
vamos a ver las iglesias de St. Mary's the Hidden Gem y St. Ann's Church que
solo las habíamos visto de noche.
La The John Rylands Library nos
gusta mucho, es antigua, vistosa, con escalinatas, cúpulas, vidrieras y lo
mejor la sala de lectura, la cual está en uso y usamos para escribir unas notas
del viaje.
Al otro lado de la calle hay un
edificio enorme que ya nos chocó cuando subíamos por esta calle el primer día.
Es un centro comercial raro con cines, vamos lo único que vale la pena es el
edificio de ladrillo rojo.
Seguimos la calle bajo la
vigilancia del omnipresente Hilton Manchester Deansgate para ver el famoso Museum
of Science and Industry que todo el mundo pone muy bien. Pero nos damos cuenta
que lo primero es lo primero y antes que la ciencia esta la comida, asi que a
buscar un pesebre. Enfrente del museo está el pub El León Blanco, dan comida
británica, china y turca, vamos una joya de la gastronomía. Nos declinamos por
la británica y no comimos mal.
El museo lo mejor es que es
gratis, está muy bien y se entiende que le guste a todo el mundo, son naves y
edificios industriales del siglo XIX muy bien conservados. La nave dedicada a
la aviación es un antiguo mercado con estilo modernista muy bonito. El edificio
principal del museo debió ser en su origen una fábrica de algodón y ahora en él
está la historia del algodón. Otra nave está llena de motores y trenes de
vapor. En la puerta de esta nave hay un tren a vapor que hace un pequeño
recorrido por el patio del museo, no sabemos si gratis o pagando. La nave del
fondo está dedicada a utensilios de uso cotidiano y está prácticamente vacío,
lo mejor el edificio.
En conjunto es un museo que no te
puedes perder.
Decidimos hacer caso a un blog
que decía que las calles Cross Keys y Chardderton era donde más fabricas del
XIX había y casualmente esto está en el otro extremo del centro, pero no hay
distancia larga si la dicha es buena. Al pasar la avenida Swan St. el paisaje urbano cambia y los descampados,
gasolineras y naves industriales aparecen pero industrias decimonónicas, así
que nos quedamos un poco despagados, pero de todas formas es un paisaje que nos
gusta ver, la trastienda de la ciudad. Si tienes algo que hacer, no te
acerques, no vale mucho la pena, a pesar de que a nosotros nos gustó.
Se está
haciendo de noche y toca pensar y buscar algún tugurio para protegerse de la
noche y casualmente esta mañana de camino a la catedral nos hemos chocado con
el pub Unicornio que lo recomendaban en un blog. El pub cuando llegamos está a
medio llenar con un DJ en una esquina, la media de edad la bajamos cosa que no
nos suele suceder, más bien la subimos. Al poco de sentarnos empiezan a entrar
sexagenarios siendo benevolentes con ellos, se llena el local y la esquina del
DJ se convierte en una sala de baile, con espíritu de pub.
Nos vamos a
dar un paseo por el Village Gay y el Chinatown a ver si encontramos algún sitio
para cenar. Teníamos ganas de cenar fish and chips y casualmente encontramos un
sitio de este tipo de comida. Este local es de los típicos: pequeño, sin mesas,
una pequeña barra en la pared y 4 taburetes llenos de clientes; no nos hace
gracia comer de pie o en la calle, menos mal que se van dos parroquianos y
tomamos posesión de los taburetes. No nos gustan mucho y son carillos 5’80 cada
uno más la bebida.
Otro paseo y a pensar donde
tomamos la última pinta y como nos ha gustado el Unicornio repetimos. Ya no hay
tanto ambiente, vamos que vemos como se retiran los últimos bailarines. Nos
tomamos 2 pintas de sidra mientras un ludópata en la tragaperras no para de
decirnos la mala suerte que tiene o eso se entiende por los gestos y las pocas
monedas que le da la máquina, pero el aun sin contestarle no ceja en su empeño
de mantener una conversación.
P.D. La sidra no termina de
gustarnos. Es mas no creo que la pidamos nunca más.
Día 6. 17/10/16 Manchester.
Hoy el desayuno lo hacemos en Subway,
lo mismo de siempre y el encargado hasta nos encamina a la mesa de los otros
días, pido unas cookies de chocolate que están muy buenas las recomiendo
encarecidamente.
Vamos al Primark que tenemos mono
de entrar y comprar. Me compro 3 camisetas (AC/DC The Who y el Capitán América)
Charo se compra una de los Beatles y una sudadera de esqueleto de Halloween y
una camiseta de Mohamed Ali para Adrián. Este Primark no tiene nada que ver con
el Primark de Valencia, los pasillos son anchísimos y no da la sensación de
desastre ni abandono que da el de Valencia.
Lo que son las cosas llevando una
bolsa de Primark, pareces y nativo y nos preguntaron dónde estaba no sé qué,
nos camuflamos entre la población.
Al centro comercial al que le
teníamos ganas es al Afflecks, habíamos leído que era como un Camden en
pequeño. Era verdad es un Camden reducido, descafeinado y metido en un edificio
de 3 plantas. Dejando atrás las comparaciones que siempre son odiosas y no hay
nada más trágico en un viaje que encontrarse una pequeña Venecia o un pequeña
Paris, cada cosa en su sitio y estilo. Pues Afflecks nos gustó mucho, lo
recorrimos entero y es un sitio que visitaríamos a menudo si viviéramos en
Manchester.
Nos quedaba tiempo para una
actividad no muy larga, así que nos decidimos por la que mejor se nos da, beber
una pinta. El pub elegido no es muy antiguo y solo hay 3 parroquianos así que
la última pinta es un poco triste por el ambiente y sobre todo porque es la
última.
Tenemos que ir hacia el
aeropuerto y aún no hemos decidido como ir si con la National Expres o con el
tren. Es lo bueno de una ciudad que tiene muy bien comunicado el aeropuerto.
Nos decantamos por el tren, así que cogemos las maletas y hacia la estación de
trenes.
En la máquina expendedora sacamos
2 billetes en el primer tren que sale, nos cuesta 4.80 libras cada billetes. El
tren no para en ninguna estación, con lo que en 6 minutos estamos en el
aeropuerto, tenemos tiempo de sobra para gastarnos las ultimas libras en comer
tranquilamente.
El embarque lo hacen muy relajado
y muy ajustado pero todo sale perfecto y de vuelta a casa.
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